
Sinopsis:
Brigitte y Paula se quedan embarazadas. Se casan. ¿Lo hacen por ambición o por amor? ¿Qué valores guían a estos personajes? ¿Qué concepto tienen del amor? Las amantes, relato lúcido e impactante sobre la realidad cotidiana, es una crítica aguda y mordaz a la condición de la mujer en Occidente y al destino al que está encadenada. Jelinek, la autora más controvertida de la literatura europea contemporánea, construye una parodia de la novela rosa, escrita con ironía y sarcasmo, sutil y gélida al mismo tiempo, en la que la narración desgrana la vida y los sentimientos de tantas y tantas mujeres.
Opinión:
En mi interés por leer obras de autores galardonados con el Nobel que aún no conocía, esta vez le tocó el turno a Las amantes, publicada en 1975 por la escritora austríaca Elfriede Jelinek —Premio Nobel de Literatura en 2004—. Y madre mía, ¡qué decepción me he llevado!
Una advertencia inicial: al contrario de lo que pueda transmitir los tonos rosa de su portada y su título, no estamos ante una obra romántica de temática LGTBI.
Una vez más, me topo con una sinopsis editorial que no tiene mucho que ver con el contenido del libro: ¿un relato lúcido e impactante sobre la realidad cotidiana? ¿Una exploración del destino al que está encadenada la mujer en Occidente? Cuesta aceptar esas afirmaciones tras la lectura. En los años 70, ¿de verdad las mujeres en Austria no tenían ya cierta capacidad de decisión? Desde luego, el país que se dibuja en esta historia tiene más de panfleto ideológico que de la observación matizada de la realidad.
Las amantes incomoda desde su primera página. Se presenta como una denuncia radical contra las estructuras patriarcales, pero lo hace con un tono que, más que desafiante, resulta cargado de desprecio, sarcasmo y agresividad. La autora no busca comprender ni plantear preguntas abiertas al lector: dicta sentencia, y lo hace desde una voz narrativa que no deja espacio para la duda ni la interpretación alternativa.
debe hacerse frente al caos de una sociedad patriarcal dominada por el sexo, que como elemento vertebrador parece tan solo productor de podredumbre.
La ambientación —fábricas de ropa interior, hogares pobres, ciudades grises— está construida con intencionalidad opresiva. No es un espacio vivo, sino un decorado simbólico al servicio de su tesis. En lugar de retratar un contexto concreto, la autora exagera hasta lo grotesco una forma de opresión para desnudarla. Pero el resultado, para mí, acaba proyectando un pesimismo total sobre la experiencia humana, sin matices ni excepción posible. La miseria emocional y material de los personajes se vuelve tan insistente que termina vaciándose de impacto.
El argumento gira en torno a dos mujeres jóvenes cuyas aspiraciones vitales —formar una familia, mejorar su estatus— son interpretadas como ingenuas, incluso estúpidas. Esa mirada impregna toda la novela. El narrador, omnisciente y omnipresente, no se limita a narrar: juzga, ridiculiza, humilla.
pero paula, la tonta del bote, ¡tiene que amar a alguien!
El estilo, deliberadamente crudo, no da tregua. El uso constante de minúsculas (incluso después de punto o en nombres propios), la repetición, el sarcasmo, la falta de diálogo, todo contribuye a una lectura asfixiante. El texto no permite ambigüedad ni descanso. Las mujeres que buscan una vida convencional son tratadas con una condescendencia cruel; los hombres, caricaturizados sin redención posible. En ese universo narrativo, no hay espacio para una masculinidad no tóxica ni para una feminidad libre que no sea la que la autora valida.
Además, el prefacio y el epílogo prácticamente se repiten, son muy similares. La autora subraya así el infinito retorno: las protagonistas no pueden escapar del hogar o la fábrica.
Que Jelinek sabe escribir es innegable. Su dominio del lenguaje está ahí. Y es evidente que su propuesta estética no busca representar una realidad concreta, sino descomponerla hasta lo grotesco para hacer visible su violencia estructural. La exageración, la caricatura y el sarcasmo son herramientas deliberadas, no descuidos. Sin embargo, esa intencionalidad no logra, al menos en mi caso, generar una reflexión ambigua o abierta: impone un juicio tan cerrado que no deja espacio al lector para elaborar el suyo propio.
Un texto desagradable de leer, que no abandoné porque formaba parte de una lectura conjunta y que anuló mi posible interés por el resto de su obra.
Yo sólo muestro qué fácilmente las mujeres se vuelven cómplices de los hombres y en este aspecto puedo denunciarlas. Cuando renuncian a la solidaridad femenina y se convierten en traidoras.
– Elfriede Helinek
No se le puede negar a Las amantes su fuerza como manifiesto, ni a Jelinek su capacidad para provocar. Pero esa provocación no invita a la reflexión, sino que impone un juicio único. En lugar de representar mujeres diversas y complejas, construye una visión homogénea de la opresión, donde solo hay una manera legítima de ser libre: la suya. No me ha gustado.
Mi valoración: 1.5/5

Elfriede Jelinek (Würzzuschlag, Austria, 1946) ha recibido el Nobel de literatura de 2004. Convencida defensora de los derechos de la mujer, su visión crítica de la sociedad y su compromiso político y social la han convertido en una escritora polémica, amada por muchos y odiada por otros. Se la considera la mejor autora en lengua alemana de su generación. Ha publicado teatro, poesía, novela, guiones de cine, televisión y radio. Sus obras se han traducido a más de 15 idiomas y ha recibido un docena de premios literarios de renombre. Sus novelas más conocidas son La pianista, Lust (Deseo) o Los excluidos. Elfriede Jelinek es leída, observada, escuchada y discutida con fervor por hombres y mujeres de todas las generaciones. Su obra no deja indiferente.
FICHA TÉCNICA DEL LIBRO:
Título original: Die Liebhaberinnen
Titulo en español: Las amantes
Autora: Elfriede Jelinek
Traducción: Susana Cañuelo y Jordi Jané
Prólogo: Jordi Jané
Editorial: El Aleph Editores
ISBN: 9788476696842
Encuadernación: Tapa blanda
Dimensiones: 21.2 x 14.4 cm
Fecha de mi edición: diciembre 2004
Nº de páginas: 194
Idioma: Español
Hola. Me quedo con la duda de si el uso de las mayúsculas forma parte de la opresión patriarcal 😆 Tengo pendiente leer algo de esta autora. Descarto «Las amantes». Genial reseña. Saludos 🙂
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🤣 muy agudo… Sí, prueba con otra obra si quieres leer algo de Elfriede Jelinek, porque empezar con «Las amantes» sienta como un jarro de agua fría (y no en el buen sentido, ahora que hace calor xd). Aunque al menos, quienes me leéis, ya os hacéis una idea de la intensidad y exageración de su narrativa. Gracias y un saludo.
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Es una de esas lecturas que tenía pendientes, pero creo que tras leer tu reseña me lo voy a pensar.
¡Un saludo!
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