Reseña. «Los crímenes del caviar» de Reyes Calderón

«Los crímenes del caviar» de Reyes Calderón (Planeta, 2025)

Opinión:

Cuando seleccioné Los crímenes del caviar, de Reyes Calderón, en la app eBiblio, buscaba una novela negra o de misterio entretenida que me aliviara del tedio del transporte público. No sabía que formaba parte de una serie protagonizada por la juez Lola MacHor —esta es ya la octava entrega—, así que llegué sin expectativas, simplemente atraída por la sinopsis: un asesinato múltiple en el exclusivo mundo de Sotogrande, Cádiz. La premisa me parecía prometedora: ¿qué puede llevar a las élites a cometer crímenes? Pues más dinero o más poder —elucubraba mi mente hiperactiva—, y seguro que por encargo. Pero ¿seis encargos o uno coordinado? ¿No habría fallado alguno? ¿Serían seis víctimas seleccionadas como objetivo o habría cinco para encubrir la sexta, el verdadero objetivo? Estas y otras preguntas me planteaba, y todavía no había empezado a leer. Así que, cuando al segundo día llegué al desenlace, me quedé un poco desconcertada. La novela tiene sus momentos, pero tropieza más de lo que esperaba.

La acción transcurre en Sotogrande, esa urbanización conocida por ser una de las más exclusivas y lujosas de España —incluso de Europa—, situada en la costa gaditana, donde muchas personas influyentes y/o adineradas poseen mansiones con piscina y yates, y dedican su tiempo libre a navegar o jugar al golf. Calderón retrata bien este entorno y logra marcar un contraste interesante entre el brillo superficial del lugar y la oscuridad de los asesinatos.

La historia se narra a través de dos líneas temporales: el presente, en pleno agosto, donde la juez MacHor y el comandante Iturraspe (Iturri) investigan la muerte de seis miembros del exclusivo “Club del Caviar”; y el pasado, tres semanas antes, que se va revelando poco a poco mediante flashbacks. Esta estructura aporta dinamismo al relato y engancha al lector, aunque hay momentos en los que la línea del presente avanza con cierta lentitud.

Lo mejor de la novela, sin duda, son sus protagonistas, aunque también tienen sus pequeñas debilidades. Lola MacHor, bilbaína, es una jueza valiente, brillante, con carácter, pero sobre todo humana. Aquí lidia emocionalmente con la muerte de su marido —una de las víctimas— mientras intenta mantener su perfil profesional durante la investigación. Esa doble carga le da profundidad y vulnerabilidad, y la hace más creíble. Sin embargo, su dolor a veces se percibe más como una herramienta de guion que como una emoción desarrollada con verdadero peso, y me quedé con la sensación de que había mucho más por explorar en su interior. Pero es lo que tiene leer una novela que comparte protagonistas con otras: no sé si en las anteriores se ha abordado más este aspecto o si se hará en las siguientes.

Iturri, el comandante de la Interpol que la acompaña, es el contrapunto ideal: carismático, irónico y con una historia personal que arrastra desde entregas anteriores. Está enamorado de Lola desde hace tiempo, pero su amor se había quedado en pausa por respeto a su matrimonio. Ahora, tras la muerte del marido, se convierte en su apoyo más sólido, tanto en lo profesional como en lo personal. Su papel aporta calidez a la trama, y sus toques de humor alivian la tensión. Pero, al igual que con Lola, el desarrollo de su historia se queda algo corto. Hay química, hay gestos, pero la relación entre ambos flota en un terreno ambiguo que no termina de cuajar. ¿Qué pasará en la próxima novela?

El narrador omnisciente ofrece una perspectiva amplia de lo que ocurre, pero ahí encontré uno de los puntos más flojos: en el desenlace, el lector sabe más que los propios protagonistas. Podría ser un recurso interesante empleado para favorecer la tensión, pero a mí me descolocó. Me pareció injusto con ellos que las certezas llegaran de la mano de algunos personajes secundarios, como si todo su esfuerzo quedara a medio camino. Además, el clímax pierde fuerza al resolverse desde fuera, dejando a los protagonistas en un segundo plano y al lector con una sensación de resolución deslavazada.

El estilo de Calderón es ágil, directo, con frases breves que hacen que la lectura fluya. El humor irónico de Iturri aporta chispa y, en general, se nota oficio narrativo. También hay momentos en los que la autora introduce reflexiones interesantes: la presión por mantener el estatus, la hipocresía de ciertas élites o las diferencias y los dilemas morales dentro de la Iglesia contemporánea. Incluso hay afirmaciones que me sorprendieron por su valentía y claridad, aunque, como dijo una vez Fernando Fernán Gómez, eso no lo dice el autor, sino uno de los personajes de la novela.

Entre los aciertos de la novela destacaría, además del estilo, el ritmo inicial y la pareja protagonista, que tiene un gran potencial. La pregunta central —¿por qué alguien en la cima de la sociedad comete un crimen?— es atractiva y está bien planteada. Los saltos temporales funcionan como recurso para dosificar el misterio. Sin embargo, las debilidades pesan bastante: un desenlace flojo, con cabos sueltos que desconciertan; personajes secundarios poco memorables (los miembros del “Club del Caviar” apenas se distinguen entre sí); y una investigación que, por momentos, se estanca o resuelve pistas de forma anticlimática.

En resumen, Los crímenes del caviar cumple si lo que buscas es pasar un rato entretenido sin grandes exigencias. Aunque no hayas leído las novelas anteriores, puedes adentrarte en esta sin problema: las reflexiones de los personajes te ubican rápidamente y el caso principal queda cerrado. No obstante, eché en falta un cierre más redondo, y todo apunta a que la relación entre la juez MacHor y el comandante Iturri dará más de sí en futuras entregas. Una novela de intriga ligera y amena.

Mi valoración: 2.5/5

Puntuación: 2.5 de 5.

Como llegué a esta novela sin leer las anteriores, voy a intentar corregir mi error porque me gusta la pareja protagonista y el estilo de la autora. De momento, os dejo la relación de novelas incluidas en la serie:

  • Las lágrimas de Hemingway (Editorial Difácil, 2005)
  • Los crímenes del número primo (RBA Libros, 2008)
  • El Expediente Canaima (RBA Libros, 2009)
  • El último paciente del doctor Wilson (Planeta, 2010)
  • La venganza del asesino par (Planeta, 2012)
  • Dispara a la luna (Planeta, 2016)
  • Clave Matisse (Planeta, 2018)
  • Los crímenes del caviar (Planeta, 2025)

Reyes Calderón compagina su carrera como profesora universitaria en COMILLAS-ICADE con la escritura y la radio. Doctora en Economía y Filosofía, ha sido profesora visitante en la Sorbona, en Berkeley (California) y en el University College of London. Es tertuliana en La linterna, de la Cope, con Ángel Expósito.

Como escritora, ha publicado doce novelas, entre las que destacan Las lágrimas de Hemingway (2005), Los crímenes del número primo (2008), El último paciente del doctor Wilson (2010), La venganza del asesino par (2012), Tardes de chocolate en el Ritz, (2014), La puerta del cielo (2015), Clave Matisse (2018) El juego de los crímenes perfectos (2022), que han sido traducidas a varios idiomas.

Ha sido galardonada con el Premio Abogados de Novela por su obra El jurado número 10 (2013) y con el Premio Azorín de Novela por Dispara a la luna (2016).

Reyes Calderón se ha consolidado como una autora referente dentro de la literatura de intriga, como atestigua el éxito de público de su saga protagonizada por la juez Lola MacHor.

FICHA TÉCNICA DEL LIBRO:
Título: Los crímenes del caviar
Serie: juez Lola MacHor #8
Autora: Reyes Calderón
Género: Narrativa contemporánea, novela de intriga, novela policíaca
Editorial: Planeta
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta
Dimensiones: 23 x 15 cm
ISBN: 978-84-08-29695-9
Fecha de edición: 15/01/2025
Nº de páginas: 480
Idioma: Español

Formato eBook: ePub
ISBN: 978-84-08-29901-1

2 respuestas a “Reseña. «Los crímenes del caviar» de Reyes Calderón

Replica a Annie Moneth Cancelar la respuesta