Reseña. «Irène» de Pierre Lemaitre: el arranque brutal de la serie de Camille Verhoeven

«Irène» de Pierre Lemaitre (2006; Alfaguara, 2015)

Opinión:

Confieso que, después de haber leído mucha novela negra, no me engancho fácilmente a una historia del género, y siempre ando buscando algo que me sorprenda, como en su día lo hizo Vestido de novia de Pierre Lemaitre. En esta ocasión, me gustaría hablaros de otra de sus novelas: Irène, la primera entrega de la serie protagonizada por el comandante Camille Verhoeven. La escogimos recientemente en mi club de lectura, y aunque ya la conocía, volví a leerla para tenerla fresca. Lo cierto es que volvió a atraparme desde la primera página. Lemaitre sabe cómo mezclar crudeza, inteligencia y humanidad, de ese tipo que te empuja a seguir leyendo, incluso cuando necesitas apartar la vista para respirar.

Publicada originalmente en 2006 como Travail Soigné y traducida al español en 2015, Irène es mucho más que un punto de partida para una serie. Es una novela que, desde sus primeras páginas, deja claro que va más allá de los códigos tradicionales del noir. Y gran parte de ese impacto lo tiene su protagonista.

Camille Verhoeven es un personaje inolvidable. No solo por su particularidad física —mide 1,45 metros, consecuencia de una hipertrofia fetal—, sino por la manera en que Lemaitre lo construye: un hombre vulnerable, inteligente, con humor seco y una sensibilidad soterrada que no necesita exhibirse para estar presente. Camille se aparta del arquetipo del detective torturado con cigarrillo en los labios y copa de whisky en mano: es más real, más humano, más complejo. Y esta personalidad hace que empatices con él.

La historia nos sitúa en el París de 2003, con Camille al frente de la Brigada Criminal. Una serie de asesinatos especialmente violentos comienza a sacudir la ciudad, y poco a poco se desvela que los crímenes siguen un patrón literario inquietante. No entraré en detalles para no estropear la lectura, pero sí puedo decir que quienes disfrutan del género reconocerán muchos guiños. Y no, no es un París de postal: Lemaitre nos da una ciudad gris, funcional, hostil. Los asesinatos ocurren en lugares cerrados que deberían ser seguros: casas, lofts, habitaciones. Esa inversión del espacio doméstico contribuye a la incomodidad que impregna la novela.

Una parte del grupo de lectura abandonó la novela por su violencia explícita. Lo entiendo. Hay escenas especialmente duras, y una en concreto se me quedó grabada por su crudeza. Pero también creo que esa violencia no es gratuita, sino parte integral del relato. Lemaitre la utiliza para hablarnos de la vulnerabilidad, del dolor, del desconcierto… y también del precio emocional que paga quien investiga.

Cuando Irène se publicó, la novela negra ya venía explorando los límites de lo que se podía mostrar. Estaban los excesos gráficos de James Ellroy o Easton Ellis en el noir anglosajón, o la violencia sistémica de los thrillers nórdicos como Los hombres que no amaban a las mujeres (2005). Frente a ello, Lemaitre aportó un enfoque más directo y metaliterario, que además dialoga con la tradición sin perder personalidad propia. A diferencia de otros autores como la francesa Fred Vargas, más centrados en lo simbólico, Lemaitre se inclina por el impacto emocional y físico. Y si lo comparamos con la novela negra española de la época —más contenida—, Irène resulta casi provocadora. Abrió camino a un tipo de thriller más visceral, como el que luego encarnaría Carmen Mola (tenéis en la web las reseñas de La novia gitana y La Red Púrpura).

Uno de los aspectos más logrados de la novela es su estructura. Está dividida en dos partes claramente diferenciadas. La primera abarca del 7 al 24 de abril y se construye a base de capítulos breves, con escenas que se suceden casi como un montaje cinematográfico. A veces esa fragmentación puede parecer excesiva, como si el autor quisiera acelerar algo que ya iba deprisa. Pero la segunda parte cambia de registro, pasa al presente narrativo y nos mete directamente en la mente de Camille. El resultado es que la tensión se intensifica y el giro final —aunque algunos puedan intuirlo— no pierde eficacia por ello. A mí, personalmente, me pilló con la guardia baja.

La relación de Camille con su esposa embarazada, Irène, es el ancla emocional del libro. Aunque ella no tiene un rol muy activo en la acción, su presencia lo invade todo. No es solo la mujer a la que ama, sino la vida que quiere proteger a toda costa. Ella representa el refugio, la posibilidad de un futuro luminoso frente al horror del día a día. Y Lemaitre lo muestra con gestos mínimos, con llamadas y con pensamientos que comparte con nosotros.

El elenco secundario también tiene momentos interesantes. Me gustaron especialmente el librero y el profesor que ayudan a desentrañar el patrón de los asesinatos. Otros personajes, como algunos miembros de la brigada, quedan algo más desdibujados, pero no desentonan en el conjunto.

Uno de los elementos más estimulantes es el juego metaliterario. Los crímenes están inspirados en novelas negras clásicas, lo que convierte la lectura en un rompecabezas para lectores avezados. Es una historia criminal, sí, pero también una reflexión sobre el propio género. Lemaitre escribe con frases breves, que golpean, pero sabe cuándo detenerse para que el lector no solo entienda, sino que sienta. Su experiencia como guionista se nota: muchas escenas parecen pensadas para el cine. Y funcionan.

En conjunto, Irène tiene muchos puntos fuertes: un planteamiento original, una ambientación opresiva, un protagonista inolvidable y una tensión narrativa muy bien sostenida. El juego literario suma sin restar y el giro final, incluso si se intuye, funciona como cierre emocional. Por ponerle un pero: el título en español es un pequeño spoiler que el original evitaba, y la violencia puede resultar excesiva para quienes no estén habituados al género.

En resumen, Irène no es una lectura cómoda, pero sí poderosa. Tiene inteligencia, riesgo y una carga emocional que la distingue. Si te interesa el noir que no se limita a entretener, sino que también plantea preguntas y desafía al lector, esta novela merece un hueco en tu estantería. Yo, por mi parte, seguiré con la serie. Ya estoy con Alex, y tengo curiosidad por ver cómo termina Camille Verhoeven, pues me faltó leer el último libro. Seguro que Pierre Lemaitre vuelve a sorprenderme.

Mi valoración: 4/5

Puntuación: 4 de 5.
  • Irène
  • Alex
  • Rosy & John
  • Camille

Pierre Lemaitre (París, 1951) estudió Psicología, creó una empresa de formación pedagógica e impartió clases de literatura. Autor tardío, en 2006 ganó el premio a la primera novela policíaca en el festival de Cognac con Irène, primera entrega de una serie que incluye AlexRosy & John y Camille. Consagrado como uno de los escritores más populares de hoy, con más de tres millones de lectores, su carrera literaria dio un vuelco con Nos vemos allá arriba (Premio Goncourt 2013), primer volumen de «Los hijos del desastre», una aclamada trilogía editada por Salamandra que sigue con Los colores del incendio y El espejo de nuestras penas. En Salamandra han aparecido también el Diccionario apasionado de la novela negra, y las novelas Tres días y una vida, La gran serpiente y El ancho mundo, y las tres entregas de su saga «Los años gloriosos»: El ancho mundo, El silencio y la cólera y Un futuro prometedor.

FICHA TÉCNICA DEL LIBRO:
Título en español: Irène
Título original: Travail Soigné
Serie: Camille Verhoeven #1
Autor: Pierre Lemaitre
Traducción: Juan Carlos Durán Romero
Editorial: Alfaguara
Género: Novela Negra, Thriller
Encuadernación: Rústica
Dimensiones: 24 x 15 cm
ISBN: 978-84-204-1885-8
Fecha de edición: 05/05/2015
Páginas: 400
Otro formato: ebook
E-ISBN:
9788420412177
Idioma: Español

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