
Sinopsis:
El primer ser humano revienta contra el asfalto a las diez y cuarenta y dos minutos de la noche del domingo dos de junio. Un hombre que camina al otro lado de la plaza levanta instintivamente la vista. Le da tiempo a ver a varias personas —no sabría decir cuántas, le cuenta luego a la policía— en los alféizares de las ventanas de un rascacielos. Y de repente, antes incluso de que pueda asombrarse por lo que está pasando, todas ellas saltan a la vez.
Saltan a la vez y estallan contra el suelo casi al mismo tiempo.
Y, de nuevo, ese ruido indescriptible. Aunque mucho más intenso.
Esa cálida noche de verano en Madrid diez personas se arrojan al vacío desde diez habitaciones de la planta séptima del hotel que preside la Plaza de España. Ninguna de ellas se había registrado en recepción. No llevan nada que les identifique. Hay una joven que apenas habrá cumplido los treinta años, pero también alguien de más de ochenta. Un cadáver lleva encima ropa por valor de más de seis mil euros. Otro viste con prendas que le había entregado una ONG. Sus mundos nunca se han cruzado. No se conocen. No hay huésped o empleado que recuerde haberlas visto en el hotel, ni objeto personal en las habitaciones desde las que han saltado; aunque sobre la mesilla de noche de la número setecientos dieciséis los investigadores encuentran un par de velas encendidas que parecen rezar a una pequeña virgen a la que iluminan con suavidad. Esa es sólo la primera de las sorpresas.
Opinión:
Reconozco que no tenía grandes expectativas al empezar Delito, el thriller de Carme Chaparro publicado por Espasa en 2023. De hecho, tanto la imagen de su cubierta como la sinopsis me generaban cierto rechazo, evocándome más al 11-S que a una novela de misterio. Sin embargo, desde el primer capítulo, la historia consiguió atraparme: mi cerebro dejó de lado lo desagradable para centrarse en las preguntas que planteaba la trama. Y seguí leyendo, movida por una curiosidad que me llevó a descubrir una narración ágil, con algunos personajes interesantes y un ritmo vertiginoso… pero poco más.
La novela arranca con un suceso impactante: en una cálida noche de verano en Madrid, diez personas se lanzan al vacío desde la séptima planta de un hotel emblemático en la Plaza de España. No se conocen entre sí, no están registradas en el hotel ni portan documentación. Solo uno, el huésped de la habitación 716, deja una pista antes de saltar. Este suceso desconcertante da pie a una investigación conducida por Santi, un forense con altas capacidades intelectuales, y Berta, una periodista que regresa a Madrid arrastrada por asuntos personales. Ambos intentan desentrañar el misterio del suicidio colectivo mientras lidian con sus propios demonios internos. La trama se complica con giros y revelaciones que conectan el caso con las vidas de los protagonistas, alejándose de una mera historia de crimen para explorar traumas personales.
La ambientación está claramente situada en Madrid, pero más allá del hotel en la Plaza de España —epicentro de la narración— la descripción de la ciudad es mínima. Una oportunidad perdida, en mi opinión, para enriquecer la atmósfera. Chaparro se centra más en interiores —habitaciones, oficinas, hogares— y en mantener la tensión que en aprovechar el contexto urbano.
La estructura se basa en capítulos breves, casi episódicos, lo que imprime un ritmo ágil y constante, muy cercano al lenguaje audiovisual. La novela alterna entre dos hilos narrativos principales —la investigación policial y las historias personales de Santi y Berta— que se entrelazan con eficacia. No sentí desinterés al pasar de un hilo a otro, al contrario: el entramado de piezas despertó mi deseo de encajar el rompecabezas, al menos durante el primer tercio de la novela. Fue entonces cuando todo hizo “clic” en mi mente. Aun así, seguí leyendo con ganas de confirmar mis sospechas.
El suspense se construye mediante revelaciones progresivas, algunas bastante previsibles y otras realmente sorprendentes. El narrador omnisciente alterna el enfoque entre los distintos personajes, en especial los dos protagonistas, permitiendo conocer sus pensamientos, emociones y contradicciones. Esta elección genera una conexión con ellos, aunque a veces la voz narrativa introduce información externa de forma abrupta. El caso más evidente es el desenlace, donde un narrador objetivo irrumpe para cerrar cabos sueltos, rompiendo la coherencia estilística y narrativa del resto de la novela.
En cuanto a los personajes, Santi y Berta son los más desarrollados. Santi, un forense brillante y emocionalmente inestable, encarna el clásico “genio atormentado”, aunque con ciertos matices que lo hacen interesante. Su genialidad es tanto su fuerza como su condena. Por su parte, Berta es una periodista marcada por el trauma, cuya implicación en el caso es también una búsqueda de redención personal. Su historia me resultó algo cansina, demasiado centrada en el sufrimiento. Entre los secundarios destacan Ilu y, sobre todo, Chiqui, quien junto a Santi fue el personaje que más me gustó. Otros personajes, sin embargo, se quedan en meros roles funcionales, sin mayor desarrollo.
El estilo de Chaparro es directo, visual y muy influido por su experiencia como periodista. Frases cortas, ritmo rápido y una clara vocación cinematográfica. Esto facilita imaginar escenas y personajes, aunque a veces se echa en falta mayor profundidad. Algunos diálogos, especialmente entre Ilu y Chiqui, resultan poco naturales, casi imposibles de imaginar en una conversación real. La autora introduce reflexiones sociales —críticas al sensacionalismo mediático, alegatos feministas— que, aunque bienintencionadas, se sienten a veces forzadas o fuera de lugar dentro del flujo narrativo.
Entre los aciertos de Delito destaco su capacidad para enganchar desde el inicio, un planteamiento perturbador y original, y el pulso narrativo constante que invita a devorar sus más de 500 páginas. Pero también presenta fallos difíciles de ignorar: ambientación desaprovechada, algunos diálogos forzados, giros que dependen de casualidades poco creíbles y un final que recurre a recursos narrativos poco convincentes.
En definitiva, Delito es un thriller entretenido, ideal para quienes buscan una lectura ágil y con dosis constantes de intriga, aunque sus carencias lo alejan de una obra redonda. Gustará a lectores iniciados en el género, pero puede dejar a otros con la sensación de haber leído más espectáculo que sustancia.
Mi valoración: 2/5

Carme Chaparro (Barcelona, 1973) es periodista, con una amplia y consolidada carrera como presentadora y editora en informativos y programas de televisión. Durante los últimos veinticinco años ha estado al frente de las principales ediciones informativas del grupo Mediaset. Su último proyecto televisivo para Tele5 es la serie documental Mujeres al poder.
Premio Primavera de Novela 2017 por No soy un monstruo, Carme ha publicado la trilogía de Ana Arén —No soy un monstruo, La química del odio, No decepciones a tu padre—, las novelas Delito y Castigo, el ensayo Calladita estás más guapa y el libro infantil ¿Conoces a mi lágrima?
Firmemente comprometida con la libertad, la igualdad y los derechos de los seres humanos, y militante contra cualquier forma de manifestación de violencia hacia las personas más vulnerables, en 2018 recibió el reconocimiento a su trayectoria del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial.
Es patrona de la Biblioteca Nacional de España.
FICHA TÉCNICA DEL LIBRO:
Título: Delito
Autora: Carme Chaparro
Género: Literatura española, thriller, novela negra
Editorial: Espasa
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta
Dimensiones: 23.0 x 15.0 cm
ISBN: 978-84-670-6870-2
Fecha de edición: 12/04/2023
Nº de páginas: 504
Idioma: Español