
Sinopsis:
Retrato de las precarias condiciones de vida de una familia de campesinos extremeños, aplastada por la miseria y el yugo que imponen los señores, Los santos inocentes se publicó en 1981 como una alegoría de la España de poseedores y desposeídos, pero más vastamente como una obra sobre la violación de las relaciones entre el hombre y la naturaleza. El éxito de la novela fue extraordinario: además de las reediciones que se sucedieron en pocos meses, en 1983 Mario Camus llevó a cabo una adaptación cinematográfica que conserva todo el aire poético y el intenso humanismo del relato. Domingo Ródenas ha realizado la primera edición crítica y anotada de este texto, comparando el manuscrito autógrafo con la primera edición, lo que le ha permitido corregir algunas lecturas. En el apéndice se recogen las versiones primitivas de una pieza esbozada ya en 1962 como narración de denuncia social.
Opinión:
En esta ocasión os vengo a hablar de una de mis novelas favoritas cuyo final jamás se me olvidará en la vida: Los santos inocentes de Miguel Delibes. Publicada en 1981, es una de las novelas más impactantes de la literatura española del siglo XX. Cuando se publicó, tuvo una gran acogida tanto por la crítica como por el público consolidando al autor como uno de los grandes escritores de la narrativa española.
La novela está enmarcada en un contexto histórico que retrata con crudeza la España rural de mediados de ese siglo, en concreto los años 60, cuando el país aún estaba bajo la dictadura franquista. En ese período, el campo español estaba dominado por un sistema de terratenientes y jornaleros que evocaba las estructuras feudales. La industrialización avanzaba despacio, y la desigualdad entre la aristocracia rural y los campesinos era abismal. En este contexto, la novela denuncia la explotación de los trabajadores, la falta de derechos y la humillación constante a la que eran sometidos por los latifundistas.
Y es que Delibes, profundamente comprometido con los valores humanos y sociales, quiso reflejar en esta obra la dureza de una realidad que él mismo había conocido a través de su trabajo como periodista y escritor. Así en Los santos inocentes, como en muchas de sus novelas, hay una fuerte crítica a la injusticia social y a la degradación del ser humano por las condiciones de vida impuestas por un sistema inhumano.
La novela está ambientada en un cortijo extremeño, un entorno rural que Delibes retrata con maestría en la descripción del paisaje. Extremadura, con su vasta extensión de tierras y su estructura latifundista, se convierte en el microcosmos perfecto para exponer la brutalidad de las relaciones de poder entre amos y siervos.

El campo en Los santos inocentes no ese lugar idílico o romántico —ideal para una escapada de fin de semana con tu pareja— como lo evocamos ahora, sino un espacio de sufrimiento y sometimiento. La naturaleza, aunque bella, también puede resultar opresiva y convertirse en símbolo de la falta de libertad de los personajes. La ambientación es fantástica, a través de sus páginas sentimos el calor, el sudor, el polvo y la rutina asfixiante de los jornaleros, y poco a poco nos va creciendo el sentimiento de injusticia.
Aquí Delibes utiliza un narrador omnisciente, con una voz que se mueve entre la observación externa y la introspección de los personajes. Sin embargo, lo más que llama la atención es la sintaxis: la narración fluye con largas oraciones cabalgando una tras otras sin apenas puntuación, imitando la cadencia del habla popular y creando una sensación de inmediatez y oralidad. Además, el lenguaje es sobrio y directo, pero con una gran carga poética. La falta de signos de puntuación refuerza el ritmo narrativo y nos sumerge en la monotonía y la desesperanza de la vida en el cortijo. Todo contribuye a subrayar la veracidad de la narración.
Los personajes de Los santos inocentes están muy bien construidos y constituyen el corazón de la novela. Destacan, especialmente, cinco. Paco, el Bajo, casado con Régula, es el prototipo del jornalero explotado; es leal y sumiso a los señores, no obstante es tratado con desprecio y brutalidad. Su esposa es una mujer sufrida, abnegada, que soporta la miseria con resignación; representa la maternidad y el sacrificio en un mundo que no le ofrece nada. Asimismo conocemos a Azarías, el hermano de Régula, un personaje con discapacidad mental que encuentra consuelo en su relación con los animales, en especial con su milana (una grajilla). La Niña Chica, hija de catorce años de Paco y Régula, nació con una discapacidad severa que la deja postrada y dependiente completamente de los cuidados de su familia; junto a Azarías, representa el sufrimiento de los más vulnerables. Y, por último, el señorito Iván, el terrateniente cruel y despiadado que encarna el abuso de poder y la deshumanización de las clases altas; su actitud hacia los campesinos es el epítome del desprecio y la indiferencia. Por supuesto, hay otros personajes secundarios como Don Pedro y su esposa, Doña Purita, y su hija, la señorita Miriam, que forman parte del grupo de los opresores.
El final de la novela constituye uno de los momentos más impactantes de la novela. (Spoiler) Delibes utiliza tan bien el lenguaje, la construcción de los personajes está tan estudiada, que para lograr que el lector se posicione, sí o sí, a favor de los oprimidos elige un personaje con discapacidad mental —un inocente— para hacer justicia, sin tintes políticos. El autor deseaba así alejarse de la literatura social para esquivar la censura de la época, de modo que su crítica debía de ser velada. De hecho, he visto antiguas declaraciones del autor donde señalaba que su intención era poner de manifiesto la falta de humanidad, no hacer una crítica social —pero la hace—. Y es increíble como Delibes logra su objetivo: la indignación que crece irremediablemente en el lector explota en el brutal desenlace de la novela: en mi caso, un exabrupto desde las tripas que como comprenderéis no reproduciré aquí (fin del spoiler). El título de la novela hace precisamente referencia a los dos inocentes de la historia: Azarías y la Niña Chica.
Azarías levantó la cabeza, miró al señorito con un brillo extraño en los ojos y dijo con voz plácida: Milana bonita.
A través de esta novela, Delibes no solo denuncia la explotación de los campesinos, sino que también hace una crítica feroz a la deshumanización de la sociedad rural de la época. Incluso plantea un dilema moral: el sufrimiento de los humildes es visto como algo natural por quienes ostentan el poder, mientras que la rebelión parece imposible.
El autor también pone en cuestión la idea de progreso: aunque España avanzaba económicamente, la vida en el campo seguía siendo arcaica en muchos aspectos. El destino de Azarías, Paco y su familia refleja la desesperanza de quienes nunca han tenido una oportunidad de escapar de su condición. Son personas condenadas a la sumisión, a la pobreza y, en ultima instancia, al sufrimiento sin esperanza.
Si nos adentramos en la obra del autor, vemos que Los santos inocentes comparte muchos rasgos con otras de sus novelas. En El camino (1950), por ejemplo, también se retrata la vida rural, aunque con un tono más nostálgico. En Las ratas (1962), Delibes ya había abordado la miseria en el campo con una crudeza similar. Sin embargo, Los santos inocentes es, sin duda, su obra más desgarradora y crítica, en la que la denuncia social es más directa y contundente.

Los santos inocentes fue adaptada al cine en 1984 por Mario Camus, con interpretaciones inolvidables de Alfredo Landa y Francisco Rabal. Si aún no habéis visto la película, por favor, vedla porque, al igual que la novela, es tremenda…
Me gusta la edición que tengo, a cargo de Domingo Ródenas. Incluye una introducción que enmarca muy bien la novela en su contexto histórico y literario, y también notas aclaratorias que facilitan la lectura y que vienen estupendamente cuando nos encontramos con ciertos términos.
Los santos inocentes es una novela que hay que leer al menos una vez en la vida. Desde ese momento os aseguro que el recuerdo de los personajes os acompañará para siempre.
Mi valoración: 5/5

Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010) se dio a conocer como novelista con La sombra del ciprés es alargada, Premio Nadal 1947. Entre su vasta obra narrativa destacan Mi idolatrado hijo Sisí, El camino, Las ratas, Cinco horas con Mario, Las guerras de nuestros antepasados, El disputado voto del señor Cayo, Los santos inocentes, Señora de rojo sobre fondo gris o El hereje. Fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura (1955), el Premio de la Crítica (1962), el Premio Nacional de las Letras (1991) y el Premio Cervantes de Literatura (1993). Desde 1973 era miembro de la Real Academia Española. Ediciones Destino ha publicado sus Obras completas.
FICHA TÉCNICA DE MI EDICIÓN:
Título: Los santos inocentes
Autor: Miguel Delibes
Edición: Domingo Ródenas
Género: literatura española, novela contemporánea
Editorial: Crítica
ISBN: 8484325652
Fecha de publicación: 09/2005
Idioma: español
Nº de páginas: 240